Deia 31/03/2015: Slow Food Bilbao Bizkaia entrega las distinciones kilómetro 0 2015.

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CIMG_2564ONTRA el vicio de vivir con la lengua fuera emergió, de la mano del italiano Carlo Petrini en 1986, la virtud de la vida al ralentí, a cámara lenta. Al viejo sabio piamontés se le reconoce la creación de un movimiento revolucionario, el slow food, cuya mecha prendió pronto, dicho así por no decir que lo hizo con rapidez. De inmediato se sumaron a él artistas, cocineros y ciudadanos varios que comenzaron a reivindicar la importancia de una buena alimentación. La ley slow se define pronto: los alimentos que comemos deben tener buen sabor, ser producidos de forma limpia sin perjudicar el medio ambiente, el bienestar animal y la salud humana y los productores deberían ser recompensados de forma justa por su trabajo. Amén, Benditos sean aquellos que no corren.

Han pasado casi treinta años desde que floreció aquella idea que ha germinado en mil y un rincones del planeta. Por ejemplo, entre nosotros. No en vano, hoy vengo a contarles lo vivido ayer en la Escuela de Hostelería de Artxanda que dirige Joseba Lozano: la entrega de las distinciones Kilómetro 0 2015 a diez cocineros que cumplen con las reglas vitales del movimiento. Así, se supo que Álvaro Garrido y Lara Martín, del restaurante Mina; Aitor Elizegi, del Bascook (no estuvo presente al hallarse en Uruguay…); Josemi Olazabalaga, del Aizian; Eneko Atxa, del Azurmendi; Edurne Martín, ayer ausente por razones personales, del Prêt Á Porter; Igor Ozámiz, de la propia Escuela de Hostelería de Artxanda; Asier Elizegi, del Gaminiz; Jabi Gartzia, del Boroa; Ricardo Pérez, del Yandiola, y Pablo Urzay, del restaurante que lleva su mismo nombre, defienden el punto de partida de una vida más feliz y serena: el kilómetro cero. Todos ellos, junto a Aitor Basabe, del Arbolagaña, recibieron, a su vez, el premio Slow Arrain, concedido por trabajar con pescado de temporada, sostenible y procedente del Golfo de Bizkaia. Como remate a una tarde-noche bien iluminada, se homenajeó a las estrellas Michelin aliadas al Slow Food Bilbao-Bizkaia por su creatividad, calidad y esmero. De nuevo Eneko Atxa, Álvaro Garrido, Lara Martín, Josemi Olazabalaga y Jabi Gartzia subieron al podio, en esta ocasión acompañados por Daniel García, del restaurante Zortziko; Mikel Población, en nombre del Etxanobe; David García, del Álbora madrileño, y Zuriñe García, del Andra Mari. Y entre tanto manos sabias Ángel Gago recibió el premio especial Germán Arrien. Al entregárselo el propio alcalde de Bilbao, Ibon Areso, bromeó al decir que Ángel pesa en la hostelería de Bizkaia más que Andoni Aldekoa en el Ayuntamiento de Bilbao. ¡Toma ya!

ORO EN EL PALADAR Amén de los citados, en la cena que abrochó la ceremonia (oro en el paladar, al decir de los asistentes…) estuvieron presentes Mariano Gómez (nuestro Carlo Petrini, para entendernos, desde hace ya una década…), Unai Rementeria, Javier Bikarregi, Ibone Bengoetxea, Boni García, Ane Medibe, Arantza Benito, Enrique Thate y Naiara Álvarez y Oskar Martínez, cuya selección de quesos internacionales, expuestos en una fabulosa mesa, despertó el apetito y la curiosidad de los comensales

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